Cae en picado la venta de ordenadores. Se desploman los ingresos y los resultados de los grandes operadores de telefonía móvil. Los whatsapp desplazan a los email. Desciende la venta de libros, música o DVD, mientras el mercado de las aplicaciones se dispara. Microsoft, el padre de la industria del software, y Nokia, otrora el primer fabricante mundial de móviles, se abrazan desesperadamente intentando engancharse al último bote antes de que se hundan sus viejos titanic. Cuando parecía que el reinado de Apple duraría mil años, gracias a sus icónicos iPhone e iPad, aparece Samsung, unos coreanos anteriormente conocidos por sus televisores, que le arrebatan el cetro del móvil y hacen tambalear la cotización de la marca de la manzana. Y de todo ello, y de fenómenos aún más extraños que están por venir, tienen la culpa los smartphones, o teléfonos inteligentes, el aparato/hábitat más popular de la historia de la humanidad.